Nota Editorial: A continuación le ofrecemos
la segunda parte de una columna escrita por el representante
Nestor Aponte y que apareció originalmente en un rotativo
de San Juan. El autor es abogado y representante a la Cámara
de Representantes de Puerto Rico por el Partido Nuevo Progresista
(PNP).
Desde la aprobación de la Constitución de Puerto
Rico en 1952, los defensores del Estado Libre Asociado (los populares)
han fomentado un política de medias verdades y engaño,
res- ponsable de la formación de un puertorriqueño
desinformado, inseguro y desconfiado.
(Los populares) mienten al decir que con la estadidad vamos a
tener que dejar de ha- blar en español cuando saben que
más de 2 millones de puertorriqueños que viven
en los 50 estados pueden y hablan en español o en inglés
a su discreción, como lo hacen los congresistas Luis Gutierrez,
Nydia Velázquez y José Serrano.
Callan ante la realidad de que dichos congresistas tiene un salario
anual superior a los $120 mil (o sea, $10 mil mensuales) porque
viven en estados de la Unión y saben hablar inglés.
Dicen que con el ELA se consiguen miles de dólares en
fondos federales pero no dicen que si fuéramos estado
recibiríamos muchos millones de dólares adicionales
en programa de ayuda directa a los ciudadanos.
Confunden al pueblo con el argumento de que bajo la estadidad
hay que llenar dos planillas de contribución sobre ingresos.
Callan ante la realidad de que los empleados federales de Puerto
Rico tienen actualmente esa obligación y ninguno de
ellos quiere cambiar su trabajo por uno en el gobierno de Puerto
Rico para llenar una sola planilla, ya que lo importante no es
cuantas planillas se llenan, sino bajo que sistema sobra más
dinero.
Aunque el movimiento poblacional demuestra que la mayoría
de los que dejan su patria, su nación y su familia en
busca de progreso se mudan para algún lugar de Estados
Unidos y no a la inversa, comparan la economía de Puerto
Rico con las repúblicas vecinas, únicamente para
poder proyectar una imagen positiva del ELA. Pero evitan comparar
la economía de Puerto Rico con los 50 estados de la Unión,
porque saben que cualquiera de ellos está en mejor
situación económica y quedaría al descubierto
la inferiodidad del ELA.
Por eso es necesario buscar un mecanismo confiable que nos permita
descubrir la verdad para tomar una decisión inteligente.
Ese mecanismo existe en los proyectos de status que se han estado
discutiendo recientemente en el Congreso.
Pero si aún queda miedo, todos esos proyectos y el que
recientemente convirtió en ley el gobernador Pedro Rosselló
requieren de varias consultas al pueblo para cambiar nuestro
status político. La primera votación será
en un plebiscito para escoger la fórmula de status que
se va a desarrollar durante el proceso de negociación.
Luego se tiene que hacer otra votación mediante referendum
paa aprobar o rechazar el acuerdo, ley o tratado que implantaría
la fórmula de status ganadora.
O sea, que si en la primera votación el pueblo de Puerto
Rico escoge la estadidad fe- derada se le tiene que presentar
por escrito el producto de la negociación, mediante una
ley o acta de admisión, que incluya todos los beneficios
y obligaciones que conlleva dicho status y un plan de transición,
para que en una segunda votación o re- feréndum
tome la decisión final de aceptar o rechazar ser estado.
Ese mecanismo tiene la ventaja de que si nos comviene el cambio
de status le votamos a favor y si no nos conviene, o tenemos
duda, le votamos en contra.
No hay que tener miedo. Miedo a qué?